Aspectos generales de la práctica zen
"A la práctica Zen, la entendemos como una apertura de la totalidad del cuerpo y de la mente a todos los seres y al vasto universo. Completa apertura, completa madurez en la que la dualidad de "yo y el/la otr@" cae completamente. Y sólo queda el momento presente, la vida presente, en completa relación con todo momento y toda la vida y en plena responsabilidad por uno mismo y todos los seres.
La práctica Zen tiene un método, en el sentido que expresa la palabra Tao en chino; tiene un camino, una forma de vida o práctica tradicional que viene siendo verificada por generaciones de practicantes y maestrxs que la han chequeado empíricamente, cambiando su forma de acuerdo al tiempo, cultura y persona. La esencia de esa práctica es la armonización y unificación de tres aspectos básicos de nosotros mismos: cuerpo, respiración y mente, en completa apertura a este momento de vida sin barrera alguna entre el observador y lo observado.
Tomamos el aspecto cuerpo, para comenzar, y por cierto representa una postura correcta; dentro de esas posturas, tenemos las posturas correctas en la meditación, con la columna recta y una cierta alineación de la cabeza, hombros, torso, bajo vientre y cadera. Pero la postura correcta del cuerpo no está relacionada solamente con la parte física, sino que es la postura de uno mismo frente al momento presente. En nuestra práctica con el cuerpo, la intención es que el cuerpo se vuelva uno con la tierra misma, se vuelva totalmente presente, claro y despierto. Eso también por cierto implica también un despertar y una sensibilidad no solamente frente al gozo, la paz o la profundidad que la experiencia pueda despertar, sino también una completa apertura al sufrimiento y al dolor que la postura o el momento presente de vida traiga consigo.
En el aspecto de respiración, es importante que no trabajemos solamente con nuestra propia respiración, esa respiración confinada a lo que ocurre dentro de nuestra propia piel, sino que trabajemos con la correcta relación entre la respiración de la persona y la respiración del universo. Es fácil ver que cuando nosotros inhalamos, es el espacio exterior o el universo quien está exhalando hacia adentro de nosotros, en un ciclo sin fin que se repite creativamente a través de nuestra vida. La práctica allí, entonces, es permitirle completamente a la respiración ser como es, porque esa respiración, así como es, es nosotros mismos y le debemos el mayor de nuestros respetos. Atención plena a esa respiración, a nosotros mismos, así como somos, es el principio del cambio real. Así, la práctica de sólo respirar es la práctica del descubrir la relación correcta con nosotros mismos, con lo que llamamos externo, con los múltiples seres.
Al tercer aspecto lo llamamos mente y esta palabra está generalmente abierta a muchas posibilidades de interpretación. Suponemos que sabemos qué es la mente, pero cuando se nos pregunta seriamente y escuchamos seriamente qué es realmente esa mente, ese vacío plenamente potente y creativo, no sabemos. En el fondo de nuestro corazón no lo sabemos, o creemos en explicaciones que no presentan en realidad el hecho mismo, vivo y total. En la práctica del Zen, armonizar la mente es volver uno la mente, la respiración y la conciencia, al punto que los tres se funden sin quedar ni siquiera uno.
Existe una frase de un maestro Zen japonés llamado Dogen Zenji de alrededor de los años mil trescientos que dice:
"La mente es la tierra, el sol, la luna y las estrellas, montañas, ríos, hierbas y animales."
Realmente ese es el punto al que está llegando la ciencia, específicamente la física nuclear, cuando indaga profundamente en cuáles son los límites de la mente. Y encontramos que no tiene límites, que todo aquello cuanto existe es en sí mismo la mente. Esa mente es expresada en un texto llamado Hua Yen (cuya traducción sería "Guirnalda de Flores") mediante una metáfora poética, como acostumbra a hacer esa escritura: la existencia de la Red de Indra; describe el universo como una vasta red de interrelaciones en las cuales cada uno de esos nudos es un ser viviente, y plantea a su vez que es absolutamente imposible no tocar la totalidad de la red aunque sólo toquemos uno de esos seres. Cuando realizamos esa mente, o ese universo holográfico, podríamos decir, con nuestro propio cuerpo y mente, no hay modo de escabullirse frente a la responsabilidad por la vida, y se vuelve completamente claro que lo que hacemos y lo que nos sucede son exactamente la misma cosa. Aquello que hacemos es cómo somos, y al realizar profundamente, que nuestros actos, nuestra vida, son el acto y la vida del universo y sus seres, no hay más posibilidad de posponer o de culpar a otros o sentirnos víctimas por la situación mundial actual. Esa es la mente de Sutra Hua Yen de la Red de Indra, y quizás sea la mente del siglo XXI, cono fue la mente de los Buddhas y Maestrxs Antiguos,"
Del artículo "Meditación Zen y salud" de Augusto Gen'un Alcalde Roshi, en la publicación Viento Dorado, año 1, número 1.